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Estudio peruano confirma identidad del soldado atacameño de la Guerra del Pacífico

Por Arturo Volantines

I

Cuando el “Museo Nacional de Arqueología, Antropología e Historia” del Perú buscaba financiamiento para publicar los estudios del soldado Miguel Segundo Mena Araya, —encontrado con su indumentaria militar y una libreta en los faldeos del Cerro Zigzag, cerca de Lima, en 1998— fue traído a Chile. El Ejército lo sepultó como N.N., sin oír la profusa bibliografía presentada por la “Comisión Prokurica”.

Hace poco, en la revista “Historia Militar” (páginas 6 y 7) el Ejército reconoce, por primera vez, que se trataría del soldado del Regimiento Atacama, muerto al inicio de la Batalla de Chorrillos, en esa memorable carga, donde morirían más de la mitad de sus tropas y donde Carlos Escuti Orrego sería el primer soldado en clavar la bandera nacional en las cumbres limeñas.

Ahora, con mucha emoción, he leído un primer estudio liberado por el museo peruano, realizado por el Doctor en Historia Naval del Perú, Jorge Ortiz Sotelo, publicado en la Revista “Bicentenario”, Volumen 12, (páginas: 59 al 86), referente al soldado del Regimiento Atacama, Miguel Segundo Mena Araya, denominado: “¿Soldado Desconocido?”.

Como es sabido, desde que el soldado fue encontrado, he realizado estudios en torno al tema y he publicado artículos e incluso visité el Museo donde estaba resguardado el soldado Mena. También, formamos una Comisión de la Región de Atacama, encabezada por el Senador de la República Baldo Prokurica —del estamento de Defensa del Senado— y nos reunimos con el Ministro de la cartera. Pero, el Ejército se negó reiteradamente a reconocer la argumentación que nosotros presentamos y sólo aceptó dejar restos orgánicos, en caso de que su familia los reclamara.

Tenemos claro que nuestro Ejército Nacional, centralista, no privilegia la Historia Regional. A estas alturas, consideramos que fue un error grave de nuestra parte, no haber judicializado el tema; porque, indudablemente, los vestigios nos parecen sumamente definitivos y, más claro aún, que se trata de un asunto ciudadano.

Respecto al artículo del doctor Ortiz, estoy absolutamente de acuerdo. Me emociona saber que teníamos razón. Me conmueve la importancia de nuestros antepasados, su heroico y legendario legado.

Es muy capital, para precisar y completar nuestros estudios, la descripción detallada que Ortiz hace de la geografía peruana en que se movieron los Regimientos chilenos en Chorrillos y San Juan; y, especialmente, del Regimiento Atacama, a comienzos de la batalla.

Hace poco, estuve en ese sector y en Lurín. Sin embargo, nunca pudimos hacer tantas precisiones como lo hace Ortiz en su artículo. Teníamos localizado un reporte del Comandante Lynch de la Primera División, pero también sabíamos que se trataba de información geográfica manejada desde Chile. Es estudio peruano resuelve absolutamente la única duda importante topográfica que teníamos: por dónde pasaron los atacameños y el soldado Mena, luego de atravesar el puente Lurín la tarde anterior a la batalla.

Tal vez, lo único o menos preciso del estudio del Doctor Jorge Ortiz, radica en torno a la permanencia del soldado Mena en el sector de Tacna. Nuestro héroe pertenecía al 2º Batallón Atacama y no participó en la Batalla de Tacna ni en Arica; estuvieron en la Reserva, en el sector norte del río Sama (Pacocha y Hospicio), donde les tocó cuidar la retaguardia, por la amenaza de las fuerzas de la Alianza estacionadas al noreste de Moquegua (Arequipa). Luego de la Batalla de Tacna, se unieron en el mismo sector, con el Primer Batallón, formando así el más glorioso regimiento de la Historia de Chile.

El soldado Miguel Segundo era hijo de don Miguel Mena, que había participado en la Revolución Constituyente, contra el centralismo. El 2º Batallón estaba formado por soldados del ejército de Pedro León Gallo y/o hijos de estos; e incluso, fueron entrenados por el mismo oficial que preparó las tropas de 1859 (Olegario Arancibia).

Iba el Capitán Ayudante, Elías Marconi Dolarea, que escribió su “Diario de Campaña” de su participación en la Guerra, en el cual cuenta detenidamente el traslado de este Batallón hasta convertirse en Regimiento. Incluso, describe el uniforme que recibieron al constituirse en Regimiento (el mismo del soldado Mena), e hicieron la memorable marcha por tierra desde Pisco hasta Lurín.

También, existe un libro casi desconocido, pero muy completo sobre el Batallón y, luego, Regimiento Atacama, sobre la Guerra del Pacífico, en tres Tomos, llamado: “Contingente de la Provincia de Atacama en la Guerra del Pacífico, (1880-1881)”, publicado durante la Guerra y periódicamente en el Diario “El Atacama”, a cargo de Hilarión Marconi Dolarea, que, conjuntamente, era secretario del Intendente de Atacama de aquella época, Guillermo Matta.

Este libro, por ser muy escaso, se encuentra en muy pocas bibliotecas y ni siquiera el Ejército lo tiene en sus archivos. Por ello, el Ejército Chileno no contó nunca con esta bibliografía, sino la vinieron a conocer cuando nosotros se la hicimos saber. Sólo tengo el Tomo l en original; el ll y el lll, los tengo en fotocopias y el III además, incompleto. El grueso de la información del detallado avance de la Brigada desde Pisco a Lurín, está detallada, pueblo a pueblo, por Marconi en el Tomo ll. Ello explica, claramente, el papel del 2º Batallón Atacama en el sector de Tacna y explica muy bien las referencias que hace el soldado Mena en su libreta.

Entiendo la ironía del doctor Ortiz al titular su estudio con una pregunta. Participo de esta ironía, porque es de obviedad que se trata del Soldado Miguel Segundo Mena Araya. Entiendo que si el ejército no “dio a lugar” es por el porfiado secuestro centralista y el pudor de sus especialistas que se equivocaron y que no tenían toda la información.

Pero, lo más notable de esta publicación es la transcripción completa de la libreta del soldado. Emociona saber de su entrenamiento guerrero, su paso por esa homérica y desconocida marcha que hizo el Atacama desde Pisco a los campos de batallas de Chorrillos, San Juan Miraflores y Callao.

Emociona saber que Miguel vivió rodeado de su familia, de sus hermanas y que era granjero. Es fenomenal cuando nombra a los atacameños, a su coterráneo Juan Vallejo y a Copiapó. Se trata, no hay duda, de un hijo de los chañares, que murió de un balazo en la cabeza. Era voluntario; nos legó su ethos; un deber que nos exige estar despiertos y no renunciar a nuestro amor —en la vida y la muerte— por Atacama.

II

El fin de semana, cuando revisaba las 1.500 páginas del libro de Hilarión Marconi, me encontré con nombre de un soldado, por mi mismo subrayado hace algunos años, entonces me fui a la pequeña libreta que tenía el soldado —descubierto momificado en las cercanías de Lima—, y leo en la página n° 10: “Junio/ Domingo 20 de 1880/ partida de Juan Vallejo/ a Copiapo/ de Tacna”. Entonces volví a los tomos de Marconi.

Eureka. En el Tomo II, página n° 438, en carta de Manuel Baquedano a Guillermo Matta, le dice: “Arica, junio 21 de 1880…Mi Querido Guillermo: Esta noche zarpa el “Copiapó” conduciendo los oficiales muertos (Batalla de Tacna) y soldados heridos del glorioso batallón de tu provincia…”. Luego, en el mismo tomo, página n° 431, dice, Marconi: “El trasporte “Copiapó” llegó a Caldera el 25 por la mañana y se procedió inmediatamente al desembarco de los heridos…”. Y ha continuación, viene la larga lista de los heridos y en la página n° 435: “JUAN VALLEJO”.

Eureka. O sea, entre 50.000 soldados, Mena anota a su compañero herido que vuelve a Copiapó. Además, las fechas en el libro de Marconi y en la libreta de Mena son correlativas, coincidentes y se refieren al mismo lugar(Copiapó). Otro dato preciso de y en torno a Miguel Segundo Mena Araya.

Así se ha ido develando la identidad del soldado. Hace mucho tiempo que no tengo dudas. Más adelante encontraremos los descendientes de sus hermanas. Tengo certeza.

El poeta copiapino, Cristian Muñoz, tiempo atrás me dijo: “has gastado tanta energía en esto”. Me dejó mudo. Tiene absoluta razón. Para mí, este enigma está totalmente resuelto.

Independiente de que el Ejército lo haya secuestrado y sepultado como N.N., Miguel Segundo Mena Araya, es un hijo notable de Atacama y soldado de su Glorioso Regimiento. Si su cuerpo aún no ha podido juntarse con la verdad eso no pasa por esta verdad sino por esa otra dictadura más invisible que azota a Chile desde antes de su fundación que es el centralismo oprobioso. Así lo asumo en mi corazón, porque el alma de Miguel Mena está incorporada al alma de Atacama. Por ello, me acompaña al respecto una profunda placidez.

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