La determinación fue tomada por el propio alcalde Roberto Jacob, tras la petición de los vecinos quienes alertaron que dentro del recinto se ejercían prestaciones de índole sexual.
Contaba con patente de servicios de internet, pero operaba como club sexual. Bajo el nombre de “Ciber Space”, funcionaba este local ubicado en calle Matta 136, que estuvo en la mira por inspectores municipales luego de reiterados reclamos de vecinos y del colegio San José, quienes manifestaron su malestar por la actividad que se desarrollaba dentro del lugar y que, públicamente, era promocionada en diferentes redes sociales, ofreciendo servicios de Gloryhole y Cuarto Oscuro.
A raíz de las denuncias que los propios vecinos hicieron llegar al alcalde Jacob, inspectores municipales se dirigieron al lugar, donde constataron que la patente comercial estaba vencida y junto a ello, realizaban servicios por giro no autorizado. “El giro que entregó la municipalidad era de servicios de internet, pero en las cartas de reclamo y en las redes sociales la información que aparece es que era un local donde podían tener relaciones sexuales y situaciones que no venían con el giro de servicios de internet, ante lo cual inspectores procedieron a infraccionar el local, cursando el parte respectivo por giro no autorizado y por patente vencida”, explicó Luis Lara, Jefe de Patentes Comerciales del municipio serenense.
De acuerdo a lo expuesto por Lara, el recinto habría tenido una patente comercial provisoria que estuvo vigente hasta el 30 de junio de este año, por lo que habría alcanzado a operar durante tres meses, “pero en julio llegaron tres cartas de reclamo, por parte de estudiantes, profesores y de la directora del colegio San José, en las que manifestaron su malestar por el funcionamiento de este local”, agregó.
Ante el parte cursado por inspección municipal, los dueños del local se dirigieron a la Oficina de Patentes Comerciales con intención de renovar su permiso, sin embargo recibieron la negativa por instrucción específica del alcalde Roberto Jacob, quien argumentó que representaba un malestar para los vecinos, ya que su funcionamiento alteraba el entorno del colegio y provocaba problemas de seguridad para los alumnos.
